5.5.08

Que qué grata tu presencia, qué grata, le dijo al anciano el bestial individuo de la mazmorra más pesada y más de piedra del castillo. El anciano, que estaba como muerto desde siempre, que no contesta nunca a tales simbólicas actuaciones de las criaturas encerradas, abre, nauseabundo, la salida. Vomita la sangre que se le descoagula en el estómago, como el fénix recomienda, se ha de vivir en la ventura y morir en el incesto, y el anciano vomitado se desnuda, vacía sus tripas, a grandes arcadas. La criatura gime de placer bestial, fascinado por el espectáculo. Entonces rompe de a tirones las cadenas y el alarido muestra que la desaparición del anciano, hecho, que la huida del animal, hecho.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

excelente mezcla de escenarios entre sadomasoquistas, sin llegar al régimen de piel y púas, y gore en su máximo esplendor: tripas y vómito de sangre, el simple hecho de que lo invoques me crea una imagen mental y el olor de una obra de Thomas Hirschhorn. Deliciosa pieza.

Ezequiel M. dijo...

Epa! Volviste al ruedo del blog???
Joya, joya.
Ahora tengo más razones para invitarte al nuevo colectivo elcieguito.blogspot.com
o por lo menos podés ponerlo en tus Daniel Link.

Besotes

Nina dijo...

Me alegro de que hayas vuelto al blog.
Tengo una propuesta para hacerte...(chanchan!)
Beso!

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