25.5.10

haiku: experiencia de la intemperie

El tránsito del poeta poeta del haiku se da a través del tiempo y el espacio. Vive en el camino cada estación y cada lugar, dejándose impactar por el viaje. Este constante devenir que provoca el nomadismo se traduce en el concepto de impermanencia. Al trasladarse siempre, hay poco que se pueda asir y mucho para experimentar.
La impermanencia produce el puro presente, la ausencia de rutina lo refuerza. Creo que en esto radica la importancia del camino en el haiku y cómo este caminar lleva a una construcción de sentido en lo que respecta al cambio, a la aceptación y a la atención de esas mutaciones.
El poeta del haiku vivirá en el instante: reaccionará a un instante de claridad, escribirá en un instante de espontaneidad, plasmando lo que ante sus ojos es simple e inequívoco, lo que la naturaleza le pone en frente, lo que él observa desde su perspectiva atenta.

Unos haikus que me gustan (traducciones de Alberto Silva):

Meterse dentro del ciruelo
a base de cariño,
a base de olfato

Onitsura


Abre el oído,
somételo
al silencio de las flores

Onitsura


La rana
nada segura
nada

Buson


Arando el campo
se limpia los mocos
con flores de ciruelo

Issa


Desnudo yo,
desnudo mi caballo,
en la tarde,
en el chubasco

Issa


Ni la risa del niño
impide que sucumba
el sol de otoño

Issa

1 comentario:

Anónimo dijo...

Mi abuela escribe(poesia) y en un libro escribio sobre el Haiku y ha realizado algunos. Desde la primera vez que lei ese nombre, siempre me gusto esa palabra.

jengibreee. un abrazo.

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