20.6.09

notas para trabajar más adelante





Nada dura tanto en el agua
como la expiración del murciélago.

Mi salud es un paisaje de lirios soplados.

Amo el agua, su incertidumbre quieta.

Lamento cada mañana la desaparición de mis células.
Rezo a las nuevas.

La gangrena es el barro,
crecen microbios blancos.

4 comentarios:

Ezequiel M. dijo...

Ya te hice comentarios sobre esto. Al final no hablamos al respecto.
La respuesta es comprarse un caloventor y acabar con la frialdad, o como le recomendaron a Riquelme, una bolsa de agua caliente para calentar el pecho.

lu* dijo...

no sé si es frío, yo no lo veo como algo frío. tal vez en el transpaso de la intimidad a la palabra todavía estoy un poco atrás. pero de todas formas viene de muy adentro, ¿se habrá enfriado por venir desde tan lejos? je.

Gabriel Caldirola dijo...

Me emociona mucho, la delicada honestidad de tus palabras es devastadora, como ese posible aliento que sopla los lirios infinitos pero contables de tu salud... el agua y el aire limpian sus diferecias en una suma que involucra al cuerpo, lo más terrestre. ¿Queda algo al final? ¿Encendido, traslúcido, soplado?

Ojalá estas 'notas' se vuelvan inscripciones defnitivas en alguna parte del agua.

Lic. Adriana Paoletta dijo...

Hola bella Lu!

El canto a tus células es tan sensorial, y esa quietud comtemplativa roza el velo del misterio.

abrazos mágicos
Adri

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