Marosa se levantó, era la mañana, mas no aún entrada, se pasó la lengua por los labios y con un impulso nimio salió de la cama de mantas blancas y suaves. Abrió las pesadas cortinas empolvadas para que el sol entrara y llenara con una luz pálida, celeste, aquella amplia estancia. Y, asombrada, alicaída, agradecida, Marosa vió en el jardín de las mandrágoras que había florecido la orquídea. Salió sin preocuparse por estar apenas en camisón, sin preocuparse si quiera por ensuciarse los pliegues de organdí con pasto y tierra.
Afuera la flor reinaba, era una perla, como un visón de suave, y era blanca como la piel de una muchacha virgen. Se vieron las dos, ensimismadas y traviesas. Y la orquídea, estirándose imperceptiblemente, con su labelo endulzado le lamió a Marosa el cuello, los dedos, los ojos.
7.4.11
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3 comentarios:
Me encantó! Y si esa Marosa se inspiró en la Marosa original, más aún
te dejo esto, mili, y un beso grande
http://www.palabravirtual.com/index.php?ir=ver_voz1.php&wid=1719&p=Marosa%20Di%20Giorgio&t=De%20s%FAbito,%20estall%F3%20la%20guerra...&o=Marosa%20Di%20Giorgio
Gracias, tan lindo! Yo, hace unos años, después de escuchar este:
http://www.palabravirtual.com/index.php?ir=ver_voz.php&wid=2427&t=Cuando%20naci%F3,%20apareci%F3%20el%20lobo...&p=Marosa%20Di%20Giorgio&o=Marosa%20Di%20Giorgio
escribí este:
http://liviandad.blogspot.com/2009/05/lobo.html
Un beso grande!
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